El río Lerma es un largo río de México, el más largo de los ríos interiores. Se origina en los manantiales de Almoloya del Río, en el estado de México, atraviesa hacia el noroeste del Valle de Toluca, y desagua en el lago de Chapala. Tiene una longitud de 708 km y drena una cuenca de 47.116 km².
Considerado con el río Grande de Santiago (562 km[1] ), el río que drena el lago de Chapala, el sistema fluvial Lerma-lago Chapala-Santiago, es el segundo río más largo de México, con 1.281 km (562+11+708) si se considera desde su nacimiento hasta la desembocadura en el océano Pacífico.
La importancia del río Lerma estriba en que es un recurso natural básico para las actividades humanas, y también en que sirve como fuente de energía eléctrica que surte a la ciudad de México con 79.000 kW (García y Falcón, 1974) y también provee agua potable por un acueducto que atraviesa la sierra de las Cruces (García y Falcón, 1974).
Por otra parte, se utiliza para riego de los cultivos de las zonas agrícolas situadas en sus márgenes. Como ejemplo, tenemos el Valle de Santiago en el estado de Guanajuato, el cual ocupa un lugar importante dentro de las zonas agrícolas del país. Asimismo, es hábitat de peces comestibles, que son aprovechados por el hombre de estas regiones.
En su paso por las cercanías de Degollado, Jalisco, forma una majestuosa cascada llamada "El Salto". Sin embargo, la mayor parte de sus aguas están contaminadas por ser utilizado como canal receptor de desecho por las ciudades y zonas industriales de Toluca y Salamanca, recordando que en esta última existe una refinería de petróleo. Aunado a lo anterior, se agrega la contaminación que tiene su origen en el lavado de las tierras de cultivo. El tratamiento de aguas negras podría ayudar a resolver parte de este problema. El problema es que ni el gobierno local ni las comunidades hacen nada al respecto. La contaminación del agua afecta no únicamente a animales que habitan en los ríos contaminados como el Lerma, sino también a organismos que dependen de éstos como alimento.